Taboada y el cine de terror (II)
Vega-Gil Rueda, Armando, 1955-
Taboada y el cine de terror (II)
En la posguerra, cuando repuntan las alicaídas cintas de Hollywood, el cine mexicano entra en franca crisis: no hay manera de competir contra las fastuosas producciones de Cecil B. DeMille, ni contra los estudios Warner. El star system, basado en la construcción de prototipos de belleza cada vez más universales, es avasallador… Se necesitaba que alguien rompiera las antiguas reglas; existían las condiciones y las necesidades, pero aún faltaba quien diera el clavo. De pronto, aparece un escritor que dirige sus propias historias de manera novedosa: Carlo Enrique Taboada. Él deja atrás la repugnancia, la crueldad innecesaria, los enmascarados y los monstruos de hule, y apuesta por no revelado tras el secreto de una estatua de piedra, por la tensión que no se rompía con una momia torpe, sino con el ulular del viento, una madre aplastada por la sombra en un encuadre insólito, una maldad contenida tras la risa de una niña linda que moriría asada en el granero.
Taboada y el cine de terror (II)
En la posguerra, cuando repuntan las alicaídas cintas de Hollywood, el cine mexicano entra en franca crisis: no hay manera de competir contra las fastuosas producciones de Cecil B. DeMille, ni contra los estudios Warner. El star system, basado en la construcción de prototipos de belleza cada vez más universales, es avasallador… Se necesitaba que alguien rompiera las antiguas reglas; existían las condiciones y las necesidades, pero aún faltaba quien diera el clavo. De pronto, aparece un escritor que dirige sus propias historias de manera novedosa: Carlo Enrique Taboada. Él deja atrás la repugnancia, la crueldad innecesaria, los enmascarados y los monstruos de hule, y apuesta por no revelado tras el secreto de una estatua de piedra, por la tensión que no se rompía con una momia torpe, sino con el ulular del viento, una madre aplastada por la sombra en un encuadre insólito, una maldad contenida tras la risa de una niña linda que moriría asada en el granero.
