Héctor Falcón: “Sé que algunas de mis ideas son meras ocurrencias”
Maillard, Tatiana
Héctor Falcón: “Sé que algunas de mis ideas son meras ocurrencias”
No es la primera vez que Falcón interviene su cuerpo. Por más de una década realizó acciones documentadas que van desde la transformación de su anatomía a través de ejercicios y anabólicos, el consumo de cien litros de jugo de zanahoria pare modificar su color de piel, la extirpación de un centímetro cuadrado de la piel de su barba para injertarla en su hombro, hasta la implantación de dos placas de titanio en el mentón, pasando por depilaciones, escarificaciones, tatuajes y quemaduras… Cuando la anatomía propia no es el vehículo de su trabajo, utiliza la pintura. Egresado de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, Falcón decidió hace ocho años que no volvería a pintar. No cumplió. A inicios de 2013 inauguró en la Galería Enrique Guerrero su exposición Taken, su regreso a la plástica. Una pausa antes de iniciar otros proyectos, como tatuarse un hueso. ¿Por qué no?
Héctor Falcón: “Sé que algunas de mis ideas son meras ocurrencias”
No es la primera vez que Falcón interviene su cuerpo. Por más de una década realizó acciones documentadas que van desde la transformación de su anatomía a través de ejercicios y anabólicos, el consumo de cien litros de jugo de zanahoria pare modificar su color de piel, la extirpación de un centímetro cuadrado de la piel de su barba para injertarla en su hombro, hasta la implantación de dos placas de titanio en el mentón, pasando por depilaciones, escarificaciones, tatuajes y quemaduras… Cuando la anatomía propia no es el vehículo de su trabajo, utiliza la pintura. Egresado de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, Falcón decidió hace ocho años que no volvería a pintar. No cumplió. A inicios de 2013 inauguró en la Galería Enrique Guerrero su exposición Taken, su regreso a la plástica. Una pausa antes de iniciar otros proyectos, como tatuarse un hueso. ¿Por qué no?
