Poder mediático, Estado indiferente, sociedad desprevenida
Trejo Delarbre, Raúl
Poder mediático, Estado indiferente, sociedad desprevenida
No hay política, pero tampoco democracia, sin medios de comunicación comprometidos con ellas. De allí se deriva una de las limitaciones más costosas que ha tenido la transición política mexicana. La amplitud de las audiencias que alcanzan, así como la preeminencia simbólica que construyen, hacen de los medios, especialmente la televisión, escenarios indispensables para propagar mensajes, articular consensos y constituir, a veces también demoler, personajes públicos. Toda esa capacidad por lo general está al servicio no de la sociedad sino de propietarios y operadores de los medios… En todo el mundo las empresas de comunicación funcionan privilegiando intereses particulares. Pero en pocos países hay la concentración de muchos medios en pocas manos, la insuficiencia de marcos regulatorios, la inacción frecuente de las autoridades y, por lo tanto, la capacidad de maniobra y la arbitrariedad de las que disfrutan los medios de comunicación más relevantes en México.
Poder mediático, Estado indiferente, sociedad desprevenida
No hay política, pero tampoco democracia, sin medios de comunicación comprometidos con ellas. De allí se deriva una de las limitaciones más costosas que ha tenido la transición política mexicana. La amplitud de las audiencias que alcanzan, así como la preeminencia simbólica que construyen, hacen de los medios, especialmente la televisión, escenarios indispensables para propagar mensajes, articular consensos y constituir, a veces también demoler, personajes públicos. Toda esa capacidad por lo general está al servicio no de la sociedad sino de propietarios y operadores de los medios… En todo el mundo las empresas de comunicación funcionan privilegiando intereses particulares. Pero en pocos países hay la concentración de muchos medios en pocas manos, la insuficiencia de marcos regulatorios, la inacción frecuente de las autoridades y, por lo tanto, la capacidad de maniobra y la arbitrariedad de las que disfrutan los medios de comunicación más relevantes en México.