Para empezar, un enigma sangriento
Osorio M., Alberto
Para empezar, un enigma sangriento
Con sólo nueve días en el gobierno del estado, Aristóteles Sandoval sintió la presión de la delincuencia organizada con el asesinato, de día y en la vía pública, de su secretario de Turismo, Jesús Gallegos Álvarez. Armado el rompecabezas de testimonios, se ve a un oscuro personaje que movía dinero a raudales, que hizo aportaciones a la campaña de Sandoval y cada tanto quedaba mal con sus socios. Falta comprobar si el nuevo gobierno del viejo PRI apuesta por una investigación creíble o le gana la genética y opta por enterrar el problema.
Para empezar, un enigma sangriento
Con sólo nueve días en el gobierno del estado, Aristóteles Sandoval sintió la presión de la delincuencia organizada con el asesinato, de día y en la vía pública, de su secretario de Turismo, Jesús Gallegos Álvarez. Armado el rompecabezas de testimonios, se ve a un oscuro personaje que movía dinero a raudales, que hizo aportaciones a la campaña de Sandoval y cada tanto quedaba mal con sus socios. Falta comprobar si el nuevo gobierno del viejo PRI apuesta por una investigación creíble o le gana la genética y opta por enterrar el problema.