La inalcanzable Ítaca
Villarreal Lozano, Javier
La inalcanzable Ítaca
El arte y la vida se imitan indistintamente. Alcanzamos un destino y nos resulta pequeño, menos brillante en la realidad que en las ideas, y abordamos nuevamente el barco. Leemos a Cavafis y confirmamos que la vida está en el trayecto. La Odisea termina cuando Ulises llega a Ítaca… Al cumplir setenta y cinco años resultan obligatorios los recuentos, volver la vista atrás, como diría Antonio Machado, y ver el camino recorrido. Setenta y cinco son muchos años, muchas oportunidades de cometer imprudencias e incluso provocar, así sea involuntariamente, dolor a personas que amamos y a las que jamás hubiéramos deseado hacer daño. Vivir setenta y cinco años es cuestión de suerte; vivirlos bien, responsabilidad de uno.
La inalcanzable Ítaca
El arte y la vida se imitan indistintamente. Alcanzamos un destino y nos resulta pequeño, menos brillante en la realidad que en las ideas, y abordamos nuevamente el barco. Leemos a Cavafis y confirmamos que la vida está en el trayecto. La Odisea termina cuando Ulises llega a Ítaca… Al cumplir setenta y cinco años resultan obligatorios los recuentos, volver la vista atrás, como diría Antonio Machado, y ver el camino recorrido. Setenta y cinco son muchos años, muchas oportunidades de cometer imprudencias e incluso provocar, así sea involuntariamente, dolor a personas que amamos y a las que jamás hubiéramos deseado hacer daño. Vivir setenta y cinco años es cuestión de suerte; vivirlos bien, responsabilidad de uno.