El estadio de la discordia
Ochoa, Raúl
El estadio de la discordia
Aún no terminaban los Décimo sextos Juegos Panamericanos en Guadalajara y el estadio de atletismo ya era objeto de disputa. El veintiuno de octubre, diez días antes de la clausura, el ayuntamiento de Zapopan entregó las instalaciones en comodato al Consejo Estatal para el Fomento Deportivo y Apoyo a la Juventud de Jalisco, Code, para su usufructo durante cincuenta años. Sin embargo, semanas antes, el titular del organismo, Carlos Andrade Garín, ya se había apalabrado con el vicepresidente del equipo de beisbol de los Charros para que éstos lo utilizaran a partir de la próxima temporada. Y cuando el equipo ya preparaba su retorno, Andrade Garín pidió una licencia de seis semanas y dejó todo en suspenso.
El estadio de la discordia
Aún no terminaban los Décimo sextos Juegos Panamericanos en Guadalajara y el estadio de atletismo ya era objeto de disputa. El veintiuno de octubre, diez días antes de la clausura, el ayuntamiento de Zapopan entregó las instalaciones en comodato al Consejo Estatal para el Fomento Deportivo y Apoyo a la Juventud de Jalisco, Code, para su usufructo durante cincuenta años. Sin embargo, semanas antes, el titular del organismo, Carlos Andrade Garín, ya se había apalabrado con el vicepresidente del equipo de beisbol de los Charros para que éstos lo utilizaran a partir de la próxima temporada. Y cuando el equipo ya preparaba su retorno, Andrade Garín pidió una licencia de seis semanas y dejó todo en suspenso.