Llego la Operación Vaticano al Congreso de la Unión. Negocia el clero con legisladores; impulsa leyes para recuperar influencia en la gente
Job, Vanessa
Llego la Operación Vaticano al Congreso de la Unión. Negocia el clero con legisladores; impulsa leyes para recuperar influencia en la gente
La Cámara de Diputados parecía un nido de hormigas, los legisladores hacían trabajos forzados para aprobarlas iniciativas que habían dejado pendientes. La atención se centraba en la discusión de la iniciativa en materia de derechos humanos, que había llegado con un reloj en cuenta regresiva para ser aprobada antes de que terminara el periodo ordinario de sesiones en San Lázaro… Era veintiuno de abril. Todas las miradas estaban enfocadas en el proceso que seguía lo que para muchos sería una, histórica, reforma… Ese martes, silencioso, sin hacer aspavientos, llegó hasta la Comisión de Puntos Constitucionales el diputado panista Gustavo González… El documento que traía consigo, de apenas veintiún cuartillas, tenía una simbólica carga explosiva suficiente para dinamitar el Palacio Legislativo: era una iniciativa de decreto para reformar el artículo veinticuatro de la Constitución que, de aprobarse, otorgaría, libertad religiosa, sinlimitaciónde ningunaíndole, o, en otras palabras, daría la posibilidad a la Iglesia católica para impartir educación religiosa en las escuelas públicas y privadas de todo el país, así como un acceso irrestricto a los medios de comunicación.
Llego la Operación Vaticano al Congreso de la Unión. Negocia el clero con legisladores; impulsa leyes para recuperar influencia en la gente
La Cámara de Diputados parecía un nido de hormigas, los legisladores hacían trabajos forzados para aprobarlas iniciativas que habían dejado pendientes. La atención se centraba en la discusión de la iniciativa en materia de derechos humanos, que había llegado con un reloj en cuenta regresiva para ser aprobada antes de que terminara el periodo ordinario de sesiones en San Lázaro… Era veintiuno de abril. Todas las miradas estaban enfocadas en el proceso que seguía lo que para muchos sería una, histórica, reforma… Ese martes, silencioso, sin hacer aspavientos, llegó hasta la Comisión de Puntos Constitucionales el diputado panista Gustavo González… El documento que traía consigo, de apenas veintiún cuartillas, tenía una simbólica carga explosiva suficiente para dinamitar el Palacio Legislativo: era una iniciativa de decreto para reformar el artículo veinticuatro de la Constitución que, de aprobarse, otorgaría, libertad religiosa, sinlimitaciónde ningunaíndole, o, en otras palabras, daría la posibilidad a la Iglesia católica para impartir educación religiosa en las escuelas públicas y privadas de todo el país, así como un acceso irrestricto a los medios de comunicación.