Un efecto distractor llamado distractor
Acosta Córdova, Carlos
Un efecto distractor llamado distractor
Para Felipe Calderón hay apremios más acuciantes que ponderar la utilidad real de que Agustín Carstens llegue al cargo de director gerente del FMI. Una de esas presiones lo constituye la necesidad de disimular la imagen del México violento en el mundo. De manera similar ocurre con el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, quien está más preocupado por posicionarse mediáticamente de cara a la elección presidencial; de ahí que haya emprendido una febril promoción, dentro y fuera del país, de la candidatura de Cartens al organismo internacional. En pocas palabras, un juego de efectivismo coyuntural, más que realismo político...
Un efecto distractor llamado distractor
Para Felipe Calderón hay apremios más acuciantes que ponderar la utilidad real de que Agustín Carstens llegue al cargo de director gerente del FMI. Una de esas presiones lo constituye la necesidad de disimular la imagen del México violento en el mundo. De manera similar ocurre con el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, quien está más preocupado por posicionarse mediáticamente de cara a la elección presidencial; de ahí que haya emprendido una febril promoción, dentro y fuera del país, de la candidatura de Cartens al organismo internacional. En pocas palabras, un juego de efectivismo coyuntural, más que realismo político...