El público manda, no el director
Turón, Francisco
El público manda, no el director
El jardín de los cerezos de Antón Chéjov no necesita presentaciones. Es una de las obras más buscadas y una de las que se ven con más cariño del autor, considerado representante fundamental del naturalismo moderno dentro del teatro ruso. Es una obra internacional, emblemática del siglo Veinte, que desde su estreno en 1904, en el Teatro de Arte de Moscú, ha resultado polémica… Chéjov es un clásico, porque sus obras dramáticas, lo mismo que sus relatos, son estudios del fracaso espiritual de sus personajes en una sociedad feudal que se desintegra. Y aunque sus textos tienen más de cien años, aún resultan atractivas y actuales para el público. Chéjov atrapa nuestra atención por el planteamiento y la forma. Toda vez que montamos algo, lo reinterpretamos, lo recreamos y lo miramos desde otra perspectiva.
El público manda, no el director
El jardín de los cerezos de Antón Chéjov no necesita presentaciones. Es una de las obras más buscadas y una de las que se ven con más cariño del autor, considerado representante fundamental del naturalismo moderno dentro del teatro ruso. Es una obra internacional, emblemática del siglo Veinte, que desde su estreno en 1904, en el Teatro de Arte de Moscú, ha resultado polémica… Chéjov es un clásico, porque sus obras dramáticas, lo mismo que sus relatos, son estudios del fracaso espiritual de sus personajes en una sociedad feudal que se desintegra. Y aunque sus textos tienen más de cien años, aún resultan atractivas y actuales para el público. Chéjov atrapa nuestra atención por el planteamiento y la forma. Toda vez que montamos algo, lo reinterpretamos, lo recreamos y lo miramos desde otra perspectiva.