Siempre es tu culpa
Batres, Viétnika
Siempre es tu culpa
Ver para creer: los egipcios se organizan, se plantan en la plaza Tahrir, la más grande de El Cairo, para exigir la salida del dictador Hosni Mubarak, en el poder durante treinta años. Y lo logran en unos días. El once de febrero de 2011 se salen con la suya. Se registra, además, una incipiente pero significativa participación de mujeres, algo insólito en ese país de mayoría musulmana… Claro, más se tardó Mubarak en subirse al avión que los militares en sustituir, en todos sentidos, al controlador régimen. Un ejemplo atroz: los, exámenes de virginidad, la última forma de tortura del ejército egipcio… En una declaración conjunta, diecisiete organizaciones de derechos humanos denunciaron a fines de marzo pasado que los soldados habían golpeado y torturado a cientos de manifestantes a principios de ese mes. A las mujeres que agarraron se las llevaron detenidas y las sometieron a injustificables auscultaciones vaginales, ¿se acuerdan de Atenco?, como escarmiento por estar presentes en las protestas.
Siempre es tu culpa
Ver para creer: los egipcios se organizan, se plantan en la plaza Tahrir, la más grande de El Cairo, para exigir la salida del dictador Hosni Mubarak, en el poder durante treinta años. Y lo logran en unos días. El once de febrero de 2011 se salen con la suya. Se registra, además, una incipiente pero significativa participación de mujeres, algo insólito en ese país de mayoría musulmana… Claro, más se tardó Mubarak en subirse al avión que los militares en sustituir, en todos sentidos, al controlador régimen. Un ejemplo atroz: los, exámenes de virginidad, la última forma de tortura del ejército egipcio… En una declaración conjunta, diecisiete organizaciones de derechos humanos denunciaron a fines de marzo pasado que los soldados habían golpeado y torturado a cientos de manifestantes a principios de ese mes. A las mujeres que agarraron se las llevaron detenidas y las sometieron a injustificables auscultaciones vaginales, ¿se acuerdan de Atenco?, como escarmiento por estar presentes en las protestas.