Las raíces monetarias de la fragmentación política de la América española en el siglo XIX
Irigoin, Alejandra
Las raíces monetarias de la fragmentación política de la América española en el siglo XIX
Con la invasión napoleónica a España en 1808, las estructuras fiscal y monetaria del imperio se desplomaron y la mayoría de las colonias se independizó. La competencia regional por recursos fiscales, exacerbada por gastos militares y déficits fiscales, llevó a las élites de las regiones donde residían las cajas reales a realizar todo tipo de experimentos monetarios para procurarse fondos. En control de las cecas, los intereses locales empezaron a acuñar sus propias monedas o a adulterar la moneda colonial. Otras regiones, carentes de plata, crearon papel moneda inconvertible para igualmente suplir déficits. Así terminó la consistencia de la calidad del peso de plata español, y con ello desapareció el patrón que había organizado la economía colonial desde el siglo XVI. Dada la diversidad de monedas en un espacio económico altamente integrado, a partir de 1810 los efectos de la llamada Ley de Gresham aceleraron el conflicto entre élites locales y coloniales. Eso propició la fragmentación política del imperio en un creciente número de entidades fiscal, monetaria y políticamente soberanas durante el siglo XIX.
Las raíces monetarias de la fragmentación política de la América española en el siglo XIX
Con la invasión napoleónica a España en 1808, las estructuras fiscal y monetaria del imperio se desplomaron y la mayoría de las colonias se independizó. La competencia regional por recursos fiscales, exacerbada por gastos militares y déficits fiscales, llevó a las élites de las regiones donde residían las cajas reales a realizar todo tipo de experimentos monetarios para procurarse fondos. En control de las cecas, los intereses locales empezaron a acuñar sus propias monedas o a adulterar la moneda colonial. Otras regiones, carentes de plata, crearon papel moneda inconvertible para igualmente suplir déficits. Así terminó la consistencia de la calidad del peso de plata español, y con ello desapareció el patrón que había organizado la economía colonial desde el siglo XVI. Dada la diversidad de monedas en un espacio económico altamente integrado, a partir de 1810 los efectos de la llamada Ley de Gresham aceleraron el conflicto entre élites locales y coloniales. Eso propició la fragmentación política del imperio en un creciente número de entidades fiscal, monetaria y políticamente soberanas durante el siglo XIX.