Cosío Villegas: El Fondo y la República española
Vargas, Rafael
Cosío Villegas: El Fondo y la República española
Este año, nuestro país conmemora dos grandes acontecimientos en cuyo origen se encuentra la visión y sensibilidad de una misma persona: Daniel Cosío Villegas, fundador del Fondo de Cultura Económica en 1934, así como primer y discretísimo impulsor de la honrosa acogida que el gobierno de Lázaro Cárdenas brindó a los republicanos españoles, cuya masiva llegada a México está marcada simbólicamente por el arribo del barco Sinaia al puerto de Veracruz el trece de junio de 1939… Para entender mejor cómo desarrolló esa visión y esa sensibilidad conviene tomar como punto de partida el año de 1924, cuando el joven Cosío Villegas, de veintiséis años de edad, a punto de empezar a ejercer su flamante licenciatura como abogado, descubre que, pocas, poquísimas cosas tan deslucidas, o tan sórdidas, habrá en la vida como enterarse de la enorme variedad y número de delitos que ocurren en una gran ciudad. Y esto haciendo a un lado que desde el primer momento comienza uno a sospechar que lo que está realmente podrido es la sociedad misma y no tanto el criminal al que alimenta.
Cosío Villegas: El Fondo y la República española
Este año, nuestro país conmemora dos grandes acontecimientos en cuyo origen se encuentra la visión y sensibilidad de una misma persona: Daniel Cosío Villegas, fundador del Fondo de Cultura Económica en 1934, así como primer y discretísimo impulsor de la honrosa acogida que el gobierno de Lázaro Cárdenas brindó a los republicanos españoles, cuya masiva llegada a México está marcada simbólicamente por el arribo del barco Sinaia al puerto de Veracruz el trece de junio de 1939… Para entender mejor cómo desarrolló esa visión y esa sensibilidad conviene tomar como punto de partida el año de 1924, cuando el joven Cosío Villegas, de veintiséis años de edad, a punto de empezar a ejercer su flamante licenciatura como abogado, descubre que, pocas, poquísimas cosas tan deslucidas, o tan sórdidas, habrá en la vida como enterarse de la enorme variedad y número de delitos que ocurren en una gran ciudad. Y esto haciendo a un lado que desde el primer momento comienza uno a sospechar que lo que está realmente podrido es la sociedad misma y no tanto el criminal al que alimenta.