El laberinto del Fauno
Vega-Gil Rueda, Armando, 1955-
El laberinto del Fauno
La sangre de una niña llueve en las profundidades del sueño de la tierra, allí donde los duendes y las hadas y los padres nuestros aguardan a las princesas del cuento para rescatarlas de la amenaza eterna, ésa que jamás será destruida, pero de la cual podemos guarecernos aunque sea un suspiro en el centro del laberinto del fauno. Y todas ellas, las princesas más pequeñas, Ofelia, y sus hermanos recién nacidos, balbuceantes, huyen del Mal Radical, esa irrazón de bestias que engendra a cachazos la guerra, en la que una botella de aguardiente no es más eso sino un mazo que el verdugo usa para reventarte los dientes; y el martillo y los clavos, ya no constructores de muebles y casas, sino abridores supliciantes de carnes; y el hambre, un instrumento de propaganda y mentira; la belleza del bosque encantado, el ti de fondo de la muerte y su pestilencia.
El laberinto del Fauno
La sangre de una niña llueve en las profundidades del sueño de la tierra, allí donde los duendes y las hadas y los padres nuestros aguardan a las princesas del cuento para rescatarlas de la amenaza eterna, ésa que jamás será destruida, pero de la cual podemos guarecernos aunque sea un suspiro en el centro del laberinto del fauno. Y todas ellas, las princesas más pequeñas, Ofelia, y sus hermanos recién nacidos, balbuceantes, huyen del Mal Radical, esa irrazón de bestias que engendra a cachazos la guerra, en la que una botella de aguardiente no es más eso sino un mazo que el verdugo usa para reventarte los dientes; y el martillo y los clavos, ya no constructores de muebles y casas, sino abridores supliciantes de carnes; y el hambre, un instrumento de propaganda y mentira; la belleza del bosque encantado, el ti de fondo de la muerte y su pestilencia.
