Las madrizas poéticas de la Red Fly
Maillard, Tatiana
Las madrizas poéticas de la Red Fly
En estos recitales se permite que el público le miente la madre a los poetas. Y a veces los gritos de la gente impiden escuchar lo que las musas le inspiraron al que está en el escenario micrófono en mano y vomitando sus versos con un estilo tan libre, que lo mismo permite hiphopear que jugar con las sonoridades de la rima. Las botellas de cerveza van rumbo a la boca de un público sediento y si un poema gusta lo suficiente, las mismas chelas son alzadas en las manos al grito de, ¡A huevo!, Vienen los aplausos, los zapateos sobre el piso y hasta los abucheos sin piedad… Es el Slam Poetry. Una competencia que mezcla las pasiones que se viven en un partido de fútbol con el verso, la interpretación con la actuación, el canto o el rapeo. La idea es democratizar la poesía. 0 aún más: sostener que todos tenemos algo de poetas y locos. Y que no se necesitan títulos académicos para juzgar si un autor es bueno o malo:basta con tener buenos pulmones para gritar o una pizarrita para anotar una calificación que va del uno al diez. Esto es una competencia. Que gane el mejor.
Las madrizas poéticas de la Red Fly
En estos recitales se permite que el público le miente la madre a los poetas. Y a veces los gritos de la gente impiden escuchar lo que las musas le inspiraron al que está en el escenario micrófono en mano y vomitando sus versos con un estilo tan libre, que lo mismo permite hiphopear que jugar con las sonoridades de la rima. Las botellas de cerveza van rumbo a la boca de un público sediento y si un poema gusta lo suficiente, las mismas chelas son alzadas en las manos al grito de, ¡A huevo!, Vienen los aplausos, los zapateos sobre el piso y hasta los abucheos sin piedad… Es el Slam Poetry. Una competencia que mezcla las pasiones que se viven en un partido de fútbol con el verso, la interpretación con la actuación, el canto o el rapeo. La idea es democratizar la poesía. 0 aún más: sostener que todos tenemos algo de poetas y locos. Y que no se necesitan títulos académicos para juzgar si un autor es bueno o malo:basta con tener buenos pulmones para gritar o una pizarrita para anotar una calificación que va del uno al diez. Esto es una competencia. Que gane el mejor.
