A ocho columnas
Pascual, Carlos
A ocho columnas
Torres… Los tiempos cambian, diputado. Y es precisamente la prensa la que contribuye al progreso. Una muerte física no es nada si se le compara con una muerte civil. Y ésta podemos darla nosotros, sin peligro, dentro de la Ley… Cuando el doctor Gregorio Fernández fue nombrado secretario de Salud, nadie imaginaba que había llegado un hombre honesto al gabinete. El doctor Fernández, quien había sido también rector de la Universidad, impulsaría desde su nuevo puesto una serie de alarmantes reformas: acabar de tajo con la corrupción imperante en el manejo de los hospitales públicos, que incluía la reventa y el acaparamiento de medicamentos y recursos, y, sobre todo, terminar de una vez por todas con el monopolio de las medicinas.
A ocho columnas
Torres… Los tiempos cambian, diputado. Y es precisamente la prensa la que contribuye al progreso. Una muerte física no es nada si se le compara con una muerte civil. Y ésta podemos darla nosotros, sin peligro, dentro de la Ley… Cuando el doctor Gregorio Fernández fue nombrado secretario de Salud, nadie imaginaba que había llegado un hombre honesto al gabinete. El doctor Fernández, quien había sido también rector de la Universidad, impulsaría desde su nuevo puesto una serie de alarmantes reformas: acabar de tajo con la corrupción imperante en el manejo de los hospitales públicos, que incluía la reventa y el acaparamiento de medicamentos y recursos, y, sobre todo, terminar de una vez por todas con el monopolio de las medicinas.