Muérdeme pero no me mates. La industria mexicana de los antídotos
Cruz, Antimio
Muérdeme pero no me mates. La industria mexicana de los antídotos
Terrible debió ser la agonía de Cleopatra, la mítica princesa egipcia que decidió suicidarse durmiendo con cobras en el año treinta antes de Cristo, pues no hay animal ponzoñoso que permita expirar plácidamente. Asfixia, destrucción de terminales nerviosas, coagulación descontrolada de la sangre y necrosis parecida a la gangrena, son efectos tóxicos que provocan serpientes, escorpiones y arañas... Cada año cuarenta mil mil personas mueren en el mundo por sus piquetes y mordeduras... En ese naufragio, científicos mexicanos se han convertido en líderes mundiales en el desarrollo de antivenenos; hoy los exportan a cuatro continentes y los servicios médicos les piden más.
Muérdeme pero no me mates. La industria mexicana de los antídotos
Terrible debió ser la agonía de Cleopatra, la mítica princesa egipcia que decidió suicidarse durmiendo con cobras en el año treinta antes de Cristo, pues no hay animal ponzoñoso que permita expirar plácidamente. Asfixia, destrucción de terminales nerviosas, coagulación descontrolada de la sangre y necrosis parecida a la gangrena, son efectos tóxicos que provocan serpientes, escorpiones y arañas... Cada año cuarenta mil mil personas mueren en el mundo por sus piquetes y mordeduras... En ese naufragio, científicos mexicanos se han convertido en líderes mundiales en el desarrollo de antivenenos; hoy los exportan a cuatro continentes y los servicios médicos les piden más.
