El México real es un soundtrack interminable. Lynn Fainchtein, musicalizadora de Amores Perros, Todo el Poder, Capadocia
Mendiburu, Diego
El México real es un soundtrack interminable. Lynn Fainchtein, musicalizadora de Amores Perros, Todo el Poder, Capadocia
¡Me caga posar y me cagan las fotos!, dice Lynn Fainchtein con brutal honestidad cuando se ve amenazada por la lente de la cámara fotográfica. Por eso es probable que usted no conozca su rostro. Pero seguro que ha escuchado su trabajo. Porque ella es la autora intelectual de la musicalización de las más aclamadas películas mexicanas de los últimos años. Desde 2000, cuando inicio su carrera como supervisora musical en la emblemática Amores perros, prácticamente no ha parado. A partir de entonces ha sido la encargada de seleccionar la música y conformar la banda sonora de mas de treinta y cinco películas. Del embeleso infantil que le producía el cantor de la sinagóga a una pastelería, del hospital psiquiátrico en que trabajo a Rock ciento uno, la mítica estación de radio. De eso cuenta Lynn. Y de la música, siempre la música. Bueno, también de un tropiezo que tuvo hace poco: el documental sobre Andrés Manuel López 0brador que realizó Luis Mandoki, de quien se distanció porque ella no deseaba ser militante. Y ahora jura que, tras esa experiencia, jamás volverá a sentarse tan cerca de la pantalla donde se proyecta nuestra deprimente política nacional.
El México real es un soundtrack interminable. Lynn Fainchtein, musicalizadora de Amores Perros, Todo el Poder, Capadocia
¡Me caga posar y me cagan las fotos!, dice Lynn Fainchtein con brutal honestidad cuando se ve amenazada por la lente de la cámara fotográfica. Por eso es probable que usted no conozca su rostro. Pero seguro que ha escuchado su trabajo. Porque ella es la autora intelectual de la musicalización de las más aclamadas películas mexicanas de los últimos años. Desde 2000, cuando inicio su carrera como supervisora musical en la emblemática Amores perros, prácticamente no ha parado. A partir de entonces ha sido la encargada de seleccionar la música y conformar la banda sonora de mas de treinta y cinco películas. Del embeleso infantil que le producía el cantor de la sinagóga a una pastelería, del hospital psiquiátrico en que trabajo a Rock ciento uno, la mítica estación de radio. De eso cuenta Lynn. Y de la música, siempre la música. Bueno, también de un tropiezo que tuvo hace poco: el documental sobre Andrés Manuel López 0brador que realizó Luis Mandoki, de quien se distanció porque ella no deseaba ser militante. Y ahora jura que, tras esa experiencia, jamás volverá a sentarse tan cerca de la pantalla donde se proyecta nuestra deprimente política nacional.
