La crónica que enardeció a Fuentes
Loza, Eduardo
La crónica que enardeció a Fuentes
En la trayectoria del escritor Carlos Fuentes no han faltado capítulos ríspidos y escandalosos. Como aquel en que su novela Aura provocó la indignación del ex secretario de Trabajo, Carlos Abascal, quien prohibió en abril de 2001 a su hija Luz, alumna de secundaria, leer ese libro. Casi veinte años atrás, al propio Fuentes le había tocado ser el personaje indignado por un episodio de naturaleza distinta: la publicación, en la edición veintinueve de la revista nexos de mayo de 198o, de la reseña, Querido Carlos; Una impresión ruborizante; firmada por ]osé Buil, hoy prestigiado guionista de cine, entonces incipiente cronista cultural, de apenas veinticinco años de edad. Buil narraba, en un tono crítico, incluso ácido, que desacralizaba la imagen pública del célebre autor, lo ocurrido en el Encuentro de Generaciones organizado por el Pen Club de México y la UNAM. Su texto no hubiera pasado a mayores de no ser porque enfureció a Fuentes y porque en la siguiente edición, la número treinta de junio de 198o, quien era el director de nexos, Enrique Florescano, difundió una, pública disculpa. A veintiocho años de ese incidente rescatamos para los lectores de emeequis aquellas líneas, que hoy son una anécdota casi olvidada.
La crónica que enardeció a Fuentes
En la trayectoria del escritor Carlos Fuentes no han faltado capítulos ríspidos y escandalosos. Como aquel en que su novela Aura provocó la indignación del ex secretario de Trabajo, Carlos Abascal, quien prohibió en abril de 2001 a su hija Luz, alumna de secundaria, leer ese libro. Casi veinte años atrás, al propio Fuentes le había tocado ser el personaje indignado por un episodio de naturaleza distinta: la publicación, en la edición veintinueve de la revista nexos de mayo de 198o, de la reseña, Querido Carlos; Una impresión ruborizante; firmada por ]osé Buil, hoy prestigiado guionista de cine, entonces incipiente cronista cultural, de apenas veinticinco años de edad. Buil narraba, en un tono crítico, incluso ácido, que desacralizaba la imagen pública del célebre autor, lo ocurrido en el Encuentro de Generaciones organizado por el Pen Club de México y la UNAM. Su texto no hubiera pasado a mayores de no ser porque enfureció a Fuentes y porque en la siguiente edición, la número treinta de junio de 198o, quien era el director de nexos, Enrique Florescano, difundió una, pública disculpa. A veintiocho años de ese incidente rescatamos para los lectores de emeequis aquellas líneas, que hoy son una anécdota casi olvidada.
