De ida y vuelta: Jornaleros indígenas
Carballo, Mardonio
De ida y vuelta: Jornaleros indígenas
Yo pienso que sólo yo voy a migrar, porque mis hijos sufren allá. En la carretera con los soldados que nos paran, con la policía que nos revisa como si fuéramos delincuentes, nos bajan de los camiones, nos dicen pendejadas, pues. Mientras Fidel García me cuenta esto, al fondo sólo se distinguen los picos de las montañas pelonas y un cielo azul y desierto de nubes… Un viento de polvo parece darle la razón a Fidel, cuyos pensamientos lo han sumido en una especie de tristeza sabia. Él es indígena me'phaa del estado de Guerrero, me cuenta, absorto en sus razonamientos, su experiencia por el norte del país, Sinaloa para ser más precisos. De pronto se queda callado, reflexiona y suelta sin tapujos la siguiente sentencia: Porque cuando uno empieza de migrante, eso ya no se puede parar. Toda la vida vas a ser migrante. Y Fidel tiene razón y experiencia al decirlo. Él va todos los años hacia allá.
De ida y vuelta: Jornaleros indígenas
Yo pienso que sólo yo voy a migrar, porque mis hijos sufren allá. En la carretera con los soldados que nos paran, con la policía que nos revisa como si fuéramos delincuentes, nos bajan de los camiones, nos dicen pendejadas, pues. Mientras Fidel García me cuenta esto, al fondo sólo se distinguen los picos de las montañas pelonas y un cielo azul y desierto de nubes… Un viento de polvo parece darle la razón a Fidel, cuyos pensamientos lo han sumido en una especie de tristeza sabia. Él es indígena me'phaa del estado de Guerrero, me cuenta, absorto en sus razonamientos, su experiencia por el norte del país, Sinaloa para ser más precisos. De pronto se queda callado, reflexiona y suelta sin tapujos la siguiente sentencia: Porque cuando uno empieza de migrante, eso ya no se puede parar. Toda la vida vas a ser migrante. Y Fidel tiene razón y experiencia al decirlo. Él va todos los años hacia allá.
