Las Constituciones, genealogía cívica de México
Serrano Migallón, Fernando, 1945-
Las Constituciones, genealogía cívica de México
Llamamos historia constitucional a la genealogía cívica de un Estado; la imagen de una historia por la conquista del ser y la identidad. Algunos países cuentan largas y complicadas historias en las que el propio territorio, la forma de gobierno y de Estado se han transformando dando lugar a sucesivas realidades en las que sólo el afán de interpretación histórica nos permiten identificar al mismo pueblo a través de la historia; así, por ejemplo, de entre la primera y la más reciente de sus constituciones, España cuenta con dos repúblicas, dos dictaduras y diversas monarquías, extendió su territorio hasta donde, como decía Carlos primero, no se ponía el sol, para reducirse luego a la moderna distribución de regiones y autonomías que es casi una federación. Francia, más estable, tiene en su genealogía dos imperios y cinco repúblicas y, por lo general hechos traumáticos, golpes de Estado y revoluciones marcan los difíciles partos de sus constituciones. Otros países, como Italia y Alemania, tienen historias constitucionales más cortas, aunque más complejas, ambos Estados nacieron apenas en el siglo diecinueve, pero si contabilizamos los textos constitucionales de aquellos pequeños Estados que les dieron origen, podríamos construir un abigarrado catálogo de instituciones jurídicas y políticas. Los Estados construidos sobre la inmigración tienen genealogías cívicas con menos aristas aunque ricas también en hechos que marcan su evolución.
Las Constituciones, genealogía cívica de México
Llamamos historia constitucional a la genealogía cívica de un Estado; la imagen de una historia por la conquista del ser y la identidad. Algunos países cuentan largas y complicadas historias en las que el propio territorio, la forma de gobierno y de Estado se han transformando dando lugar a sucesivas realidades en las que sólo el afán de interpretación histórica nos permiten identificar al mismo pueblo a través de la historia; así, por ejemplo, de entre la primera y la más reciente de sus constituciones, España cuenta con dos repúblicas, dos dictaduras y diversas monarquías, extendió su territorio hasta donde, como decía Carlos primero, no se ponía el sol, para reducirse luego a la moderna distribución de regiones y autonomías que es casi una federación. Francia, más estable, tiene en su genealogía dos imperios y cinco repúblicas y, por lo general hechos traumáticos, golpes de Estado y revoluciones marcan los difíciles partos de sus constituciones. Otros países, como Italia y Alemania, tienen historias constitucionales más cortas, aunque más complejas, ambos Estados nacieron apenas en el siglo diecinueve, pero si contabilizamos los textos constitucionales de aquellos pequeños Estados que les dieron origen, podríamos construir un abigarrado catálogo de instituciones jurídicas y políticas. Los Estados construidos sobre la inmigración tienen genealogías cívicas con menos aristas aunque ricas también en hechos que marcan su evolución.