Bogotá 1995-2003: sí se puede
Basánez, Miguel
Bogotá 1995-2003: sí se puede
Cuando me invitaron a visitar Colombia para constatar los cambios en Bogotá, su capital, le vino a la mente una anécdota personal viejísima. Debe haber sido en 1960 cuando el presidente de México visitó el pequeño pueblo donde el autor nació. Si padre lo invitó a acompañarlos en su recorrido y no dejé pasar la ocasión. Oí por primera vez a un entusiasta grupo de funcionarios federales decir que, ahora sí estaban cambiando las cosas a fondo, mientras que los anteriores no habían sabido hacerlo. Le impresionó la afirmación, que creyó por completo. Tenía trece años de edad. Esa convicción se fue debilitando conforme la volvió a escuchar de cada nuevo equipo en cada cambio de gobierno. Treinta y cuatro años después estaba muy escéptico de los cambios profundos. Cuando me hablaron sobre el cambio profundo de actitudes en Bogotá, la primera imagen que me vino a la mente fue la de aquellos funcionarios mexicanos de 1960.
Bogotá 1995-2003: sí se puede
Cuando me invitaron a visitar Colombia para constatar los cambios en Bogotá, su capital, le vino a la mente una anécdota personal viejísima. Debe haber sido en 1960 cuando el presidente de México visitó el pequeño pueblo donde el autor nació. Si padre lo invitó a acompañarlos en su recorrido y no dejé pasar la ocasión. Oí por primera vez a un entusiasta grupo de funcionarios federales decir que, ahora sí estaban cambiando las cosas a fondo, mientras que los anteriores no habían sabido hacerlo. Le impresionó la afirmación, que creyó por completo. Tenía trece años de edad. Esa convicción se fue debilitando conforme la volvió a escuchar de cada nuevo equipo en cada cambio de gobierno. Treinta y cuatro años después estaba muy escéptico de los cambios profundos. Cuando me hablaron sobre el cambio profundo de actitudes en Bogotá, la primera imagen que me vino a la mente fue la de aquellos funcionarios mexicanos de 1960.