La política de siempre
Segovia, Rafael
La política de siempre
Estados Unidos ha decidido presentarse de otra manera al abandonar, aunque sólo sea temporalmente, la política de la amenaza constante. Para ello, ha tendido una mano dubitativa a los países europeos; no se sabe si para reconciliarse con ellos o para estrangularlos. La intención no basta y, desde luego, no convence. La Unión Americana sigue exigiendo un reconocimiento manifiesto y explícito de su primer lugar en la ordenación universal, y pretende mantenerse por encima de ese orden; pide y obtiene una posición donde domina cuanto aparece; queda prohibido juzgar sus intenciones y hechos.
La política de siempre
Estados Unidos ha decidido presentarse de otra manera al abandonar, aunque sólo sea temporalmente, la política de la amenaza constante. Para ello, ha tendido una mano dubitativa a los países europeos; no se sabe si para reconciliarse con ellos o para estrangularlos. La intención no basta y, desde luego, no convence. La Unión Americana sigue exigiendo un reconocimiento manifiesto y explícito de su primer lugar en la ordenación universal, y pretende mantenerse por encima de ese orden; pide y obtiene una posición donde domina cuanto aparece; queda prohibido juzgar sus intenciones y hechos.