La doctrina del avatar en el Kabir Panth y la naturaleza avatárica del Kabir Sahab /
Thukral, Uma
La doctrina del avatar en el Kabir Panth y la naturaleza avatárica del Kabir Sahab / Uma Thukral
La palabra avatar se refiere al acto de descender (avatarana) del mundo inmaterial, más elevado, al mundo inferior material. De acuerdo con la Bhagavad-gita, Dios desciende periódicamente hacia la tierra a fin de destruir a los perversos, proteger las almas puras y reestablecer el dharma. Según el Bhagavata-purana, sin embargo, el descenso de Dios no se- produce sólo con el fin de matar demonios y salvar a la tierra, sino para liberar de la desgracia a los seres vivientes, oprimidos por haber caído bajo el dominio de la ignorancia, el deseo y las acciones llenas de deseo; para exhibir una lila (el juego cósmico) que haga reflexionar, y para que las almas puras se hagan activas en el camino de bhakti. Sin embargo, incluso luego de haber descendido al mundo material portando una forma sensible, concreta, Dios no se transforma en un ser humano ordinario. A diferencia de éste, el avatar no llega al mundo instigado por el destino, a través del canal del nacimiento, con el dolor de habitar en la matriz y provisto de un cuerpo material compuesto de los cinco elementos. Los cuerpos que manifiestan los avatares son puros y divinos, hechos de sattva (la calidad de la pureza).
La doctrina del avatar en el Kabir Panth y la naturaleza avatárica del Kabir Sahab / Uma Thukral
La palabra avatar se refiere al acto de descender (avatarana) del mundo inmaterial, más elevado, al mundo inferior material. De acuerdo con la Bhagavad-gita, Dios desciende periódicamente hacia la tierra a fin de destruir a los perversos, proteger las almas puras y reestablecer el dharma. Según el Bhagavata-purana, sin embargo, el descenso de Dios no se- produce sólo con el fin de matar demonios y salvar a la tierra, sino para liberar de la desgracia a los seres vivientes, oprimidos por haber caído bajo el dominio de la ignorancia, el deseo y las acciones llenas de deseo; para exhibir una lila (el juego cósmico) que haga reflexionar, y para que las almas puras se hagan activas en el camino de bhakti. Sin embargo, incluso luego de haber descendido al mundo material portando una forma sensible, concreta, Dios no se transforma en un ser humano ordinario. A diferencia de éste, el avatar no llega al mundo instigado por el destino, a través del canal del nacimiento, con el dolor de habitar en la matriz y provisto de un cuerpo material compuesto de los cinco elementos. Los cuerpos que manifiestan los avatares son puros y divinos, hechos de sattva (la calidad de la pureza).