Frenan la compra e inducción del voto
Crespo, Jose Antonio
Frenan la compra e inducción del voto
Las reformas electorales de los últimos tiempos han reducido significativamente los márgenes para modificar y manipular el voto ciudadano, vicio de origen en México, desde los comicios para elegir representantes ante las Cortes de Cádiz, que desvirtúa el sentido democrático de las elecciones. La burda defraudación registrada históricamente ha sido acotada con disposiciones legales y acuerdos políticos crecientemente eficaces. El fraude es cada vez más difícil de practicar en sus tres fases básicas: antes, durante y después de la jornada electoral. Hay, desde luego, todavía algunos resabios de dichas prácticas, que de hecho no puede suponerse que desaparecerán del todo, y menos en poco tiempo, considerando que algunas de ellas siguen siendo utilizadas en casi todas las democracias recientes, e incluso en algunas de las democracias más antiguas y consolidadas, como en Estados Unidos e Inglaterra. Pero en aquellos países ese nivel de defraudación ya no suele ser considerado como decisivo para definir un resultado, por lo cual partidos, candidatos y ciudadanos no lo toman demasiado en cuenta.
Frenan la compra e inducción del voto
Las reformas electorales de los últimos tiempos han reducido significativamente los márgenes para modificar y manipular el voto ciudadano, vicio de origen en México, desde los comicios para elegir representantes ante las Cortes de Cádiz, que desvirtúa el sentido democrático de las elecciones. La burda defraudación registrada históricamente ha sido acotada con disposiciones legales y acuerdos políticos crecientemente eficaces. El fraude es cada vez más difícil de practicar en sus tres fases básicas: antes, durante y después de la jornada electoral. Hay, desde luego, todavía algunos resabios de dichas prácticas, que de hecho no puede suponerse que desaparecerán del todo, y menos en poco tiempo, considerando que algunas de ellas siguen siendo utilizadas en casi todas las democracias recientes, e incluso en algunas de las democracias más antiguas y consolidadas, como en Estados Unidos e Inglaterra. Pero en aquellos países ese nivel de defraudación ya no suele ser considerado como decisivo para definir un resultado, por lo cual partidos, candidatos y ciudadanos no lo toman demasiado en cuenta.