La naturaleza cambiante de las relaciones México-Estados Unidos
Kaufman Purcell, Susan
La naturaleza cambiante de las relaciones México-Estados Unidos
En las décadas pasadas hemos visto cambios profundos en la relación bilateral entre Estados Unidos y México. Los intereses de los dos países, que durante los años de la guerra fría muchas veces divergieron, empezaron a converger cada vez más después del derrumbe de la Unión Soviética en 1989. Con esta convergencia, las relaciones bilaterales parecían entrar en una etapa de mayor cooperación. La firma del Tratado de Libre Comercio en 1993 fue considerada un símbolo conveniente de la nueva relación, mutuamente benéfica, entre los dos países… No obstante, no pasó mucho tiempo sin que los conflictos ya familiares sobre cuestiones tradicionales, como la inmigración, el narcotráfico y el comercio, empezaran a aflorar de nuevo. La devaluación del peso, en diciembre de 1994, seguida poco después por el calentamiento de la campaña presidencial norteamericana, desplazó el centro de la relación bilateral, alejándolo de los beneficios tan esperados del TLC y dirigiéndolo a los costos de ese acuerdo.
La naturaleza cambiante de las relaciones México-Estados Unidos
En las décadas pasadas hemos visto cambios profundos en la relación bilateral entre Estados Unidos y México. Los intereses de los dos países, que durante los años de la guerra fría muchas veces divergieron, empezaron a converger cada vez más después del derrumbe de la Unión Soviética en 1989. Con esta convergencia, las relaciones bilaterales parecían entrar en una etapa de mayor cooperación. La firma del Tratado de Libre Comercio en 1993 fue considerada un símbolo conveniente de la nueva relación, mutuamente benéfica, entre los dos países… No obstante, no pasó mucho tiempo sin que los conflictos ya familiares sobre cuestiones tradicionales, como la inmigración, el narcotráfico y el comercio, empezaran a aflorar de nuevo. La devaluación del peso, en diciembre de 1994, seguida poco después por el calentamiento de la campaña presidencial norteamericana, desplazó el centro de la relación bilateral, alejándolo de los beneficios tan esperados del TLC y dirigiéndolo a los costos de ese acuerdo.