Milenios
Bohórquez, Eduardo
Milenios
Década y lustro. Casi una década desde que Calvino se fuera. Desde que su sexteto de propuestas para el próximo milenio quedara inconclusa por una muerte siempre inoportuna. Un lustro desde que el asesor francoargelino combinara teoría y praxis: Attali propone un Banco de Reconstrucción y Desarrollo para Europa del Este, Attali es seleccionado para dirigirlo, Attali encontrará la catástrofe con él; cinco años desde que publicara las líneas del horizonte, título original de Milenio. Media década para confirmarlas… Ambos autores se encuentran en el vértice finisecular, en la unidad de tiempo que la tradición judeocristiana ha heredado al mundo laico, para que este se ufane anunciando periodos de abundancia o martirio: el Milenio. En la versión teológica, alcanzar el milenio simboliza el regreso de Jesucristo para establecer su reino en la tierra. Es el fin de la condena de Satanás; la vuelta de los mártires que habrán resucitado. Quizá también el caso contrario, el retorno de las tinieblas, el imperio de la desolación. En el sentido religioso o fuera de él, premilenaristas o posmilenaristas, hombres armados de valor para enfrentar el desastre o entusiastas ante el fin de sus males, todos se ubican en torno al fin de siglo, que redondea el milenio. Conmemoran su ciclo de frustración o esperanza.
Milenios
Década y lustro. Casi una década desde que Calvino se fuera. Desde que su sexteto de propuestas para el próximo milenio quedara inconclusa por una muerte siempre inoportuna. Un lustro desde que el asesor francoargelino combinara teoría y praxis: Attali propone un Banco de Reconstrucción y Desarrollo para Europa del Este, Attali es seleccionado para dirigirlo, Attali encontrará la catástrofe con él; cinco años desde que publicara las líneas del horizonte, título original de Milenio. Media década para confirmarlas… Ambos autores se encuentran en el vértice finisecular, en la unidad de tiempo que la tradición judeocristiana ha heredado al mundo laico, para que este se ufane anunciando periodos de abundancia o martirio: el Milenio. En la versión teológica, alcanzar el milenio simboliza el regreso de Jesucristo para establecer su reino en la tierra. Es el fin de la condena de Satanás; la vuelta de los mártires que habrán resucitado. Quizá también el caso contrario, el retorno de las tinieblas, el imperio de la desolación. En el sentido religioso o fuera de él, premilenaristas o posmilenaristas, hombres armados de valor para enfrentar el desastre o entusiastas ante el fin de sus males, todos se ubican en torno al fin de siglo, que redondea el milenio. Conmemoran su ciclo de frustración o esperanza.