Ruanda no es el comienzo
Bohórquez, Eduardo A.
Ruanda no es el comienzo
En Africa, la masacre resultaser lo obvio. Las televisoras repiten una y otra vez las imágenes desgarradoras del continente negro que ilustra el hambre, el racismo, la ingobernabilidad y la muerte. Y es que la realidad virtual del monitor casero permite ubicar la frustrante anarquía africana, al tiempo que poseemos la oportuna facilidad de renunciar a ésta con el accionar de nuestro control portátil. Pero las imágenes presentadas al auditorio no dibujan la vida cotidiana: el estado de emergencia permanente, el genocidio silencioso y paulatino, la ausencia del Estado de Derecho; tampoco bastan para registrar la herencia del colonialismo, los modelos económicos truncos, la debilidad de los gobiernos independientes, la voracidad de las oligarquías dominantes, la presencia ineludible de un continente devastado.
Ruanda no es el comienzo
En Africa, la masacre resultaser lo obvio. Las televisoras repiten una y otra vez las imágenes desgarradoras del continente negro que ilustra el hambre, el racismo, la ingobernabilidad y la muerte. Y es que la realidad virtual del monitor casero permite ubicar la frustrante anarquía africana, al tiempo que poseemos la oportuna facilidad de renunciar a ésta con el accionar de nuestro control portátil. Pero las imágenes presentadas al auditorio no dibujan la vida cotidiana: el estado de emergencia permanente, el genocidio silencioso y paulatino, la ausencia del Estado de Derecho; tampoco bastan para registrar la herencia del colonialismo, los modelos económicos truncos, la debilidad de los gobiernos independientes, la voracidad de las oligarquías dominantes, la presencia ineludible de un continente devastado.
