Insurgentes, un gran testigo de la ciudad
Azuela, Arturo, 1938-2012
Insurgentes, un gran testigo de la ciudad
Insurgentes es una palabra atractiva: disidencia, insurrección, levantamiento, rebelión, sedición, tumulto; ajena al orden, a la disciplina, algo tiene de musical, de contrapunto a la armonía de una sociedad circular, estática. Los insurgentes tienen una larga y heroica tradición, desde Espartaco, desde Cromwell, desde Martín Lutero, desde los jacobinos exaltados de la Revolución francesa. Y en México, a partir de 1810, los nombres se hacen leyenda y ejemplo para las generaciones presentes… Desde Hidalgo a Matamoros, desde Abasolo a Morelos, desde Allende a Pedro Moreno, la insurgencia tiene un significado muy propio, lleno de contradicciones mexicanas. Luchan contra los peninsulares y no mancillan la figura de Fernando Séptimo; son criollos novohispanos y arriesgan la vida por sus tierras, por aquellas Américas en que todavía la sombra del sajón no amenaza con la búsqueda del oro.
Insurgentes, un gran testigo de la ciudad
Insurgentes es una palabra atractiva: disidencia, insurrección, levantamiento, rebelión, sedición, tumulto; ajena al orden, a la disciplina, algo tiene de musical, de contrapunto a la armonía de una sociedad circular, estática. Los insurgentes tienen una larga y heroica tradición, desde Espartaco, desde Cromwell, desde Martín Lutero, desde los jacobinos exaltados de la Revolución francesa. Y en México, a partir de 1810, los nombres se hacen leyenda y ejemplo para las generaciones presentes… Desde Hidalgo a Matamoros, desde Abasolo a Morelos, desde Allende a Pedro Moreno, la insurgencia tiene un significado muy propio, lleno de contradicciones mexicanas. Luchan contra los peninsulares y no mancillan la figura de Fernando Séptimo; son criollos novohispanos y arriesgan la vida por sus tierras, por aquellas Américas en que todavía la sombra del sajón no amenaza con la búsqueda del oro.